IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PEDRO
La iglesia de San Pedro tiene su origen en la ermita de Nuestra Señora de la Antigua (capilla de la Virgen de la Merced del actual templo), de cuya existencia se tiene constancia documental desde 1.371, cuando Enrique II ponía sitio a la ciudad en la guerra que mantenía con su hermanastro Pedro I.
La construcción de la iglesia propiamente dicha comenzó en el siglo XV. Durante los dos siglos siguientes se fueron añadiendo capillas laterales (destacando la capilla de la Merced y la capilla de San Juan Grande), hasta que en el siglo XVIII se realizaron las intervenciones más importantes: se incorporan la bóveda del crucero, se sustituyen las cubiertas mudéjares por bóvedas y se labran las portadas.
Pero sin duda la obra maestra de esta iglesia (sin desmerecer de todo lo demás), es la Capilla Sacramental, una rotunda expresión del horror vacui tan típico de los períodos barroco y rococó. Comparándola muchos con el nivel artístico de la iglesia de San Luis de los Franceses, de Sevilla.
Fue iniciada en 1.763 por Pedro de Silva, interviniendo posteriormente Ambrosio de Figueroa, el hijo menor de Leonardo de Figueroa. La cúpula es de los maestros locales José y Andrés Acevedo Fariñas.
Se accede a ella a través de una muy adornada portada de ingreso pintada en tonos verdes, con abundancia de adornos de curvas, contracurvas y hojarasca de perfiles dorados. Está rematada por dos imágenes situadas sobre las pilastras laterales, que representan la Esperanza y la Caridad (desgraciadamente mutiladas) y una hornacina central con un Niño Jesús en actitud de bendecir. Originariamente, este centro estaba ocupado por una imagen de la Fe y un Ostensorio, retirados ambos por su mal estado.
En el Altar Mayor podemos observar que su estilo no tiene nada que ver con el resto del templo, lo cual es debido al pavoroso incendio fortuito que tuvo lugar en 1.984, que destruyó completamente el Retablo Mayor y afectó seriamente al resto de altares y retablos de la iglesia.
IGLESIA DE SAN BLAS
Se trata de uno de los templos más antiguos de Carmona, iniciándose su construcción en tiempos de Pedro I, aprovechando los restos de una antigua sinagoga. En el siglo XVI se construyó la parte mudéjar y, dos siglos después, se remodeló el templo y se erigió la torre. El interior cuenta con una nave central cubierta con bóveda de medio cañón, mientras las laterales se cubren con bóvedas de aristas. Por tanto, se trata de una planta basilical dividida en tres naves y dos capillas adosadas. Los materiales utilizados fueron la piedra y el ladrillo. El retablo mayor es lo más sobresaliente, de traza barroca. La capilla gótica, realizada por Fernando Caro, tiene una bóveda de crucería sexpartita y, en ella, recibe culto el Cristo de la Expiración de la hermandad del mismo nombre, obra de Eslava Rubio. Por último, en la sacristía destacan las puertas de taracea, del siglo XVI, y el aguamanil.
A los pies de la iglesia se dispone un coro alto. También a los pies se levanta una torre fachada. En la nave del Evangelio existe una portada de tipo mudéjar, con dos sencillas arquivoltas apuntadas, alfiz y cornisas con modillones y la portada correspondiente al lado de la Epístola es de sencilla traza de quema adintelado y pertenece al siglo XVIII.
La capilla de la Epístola y la portada mudéjar de la nave del Evangelio se pueden fechar en los comienzos del siglo XVI. En la indicada capilla, aparece la sepultura de su fundador el Beneficiado Fernando Caro, Vicario que fue de la Villa.
Por lo que se deduce del pliego de condiciones que se redactó para las obras de reconstrucción de una de las naves, por los albañiles Benito Sánchez y Alfonso Arenas, se tuvieron que hacer obras importantes en el templo en la segunda mitad del siglo XVI. No obstante la reconstrucción completa de la iglesia se realizó en el siglo XVIII al estar documentado con el informe emitido en 1.726 por el Maestro Mayor de fábricas del Arzobispado.
IGLESIA PARROQUIAL DE SAN BARTOLOMÉ
La iglesia de San Bartolomé es una de las que se levantan, según cuenta la tradición popular, sobre una de las mezquitas que hubo en la “Qarmuna” musulmana.
Posee planta basilical, con tres naves terminadas en cabeceras planas, presentando a los pies una torre fachada. En las naves laterales se abren sendas portadas correspondiendo la del muro derecho a la fábrica primitiva, mientras la del izquierdo es moderno. Los pilares presentan sección rectangular con columnas adosadas en los lados menores, siendo los arcos que apean apuntados. En la nave derecha se abre la Capilla de Jesús Nazareno, de planta cuadrada y cubierta con una cúpula rematada en linterna.
La torre fachada presenta una interesante portada de esquema adintelado y está rematada por frontón roto entre pináculos y un cuerpo de campanas, apoyado en potentes volutas, de un sólo cuerpo decorado con jarrones y rematado por un chapitel bulboso.
El retablo mayor corresponde al primer tercio del siglo XVIII. En sus calles laterales figuran relieves con escenas de la vida de San Bartolomé, encontrándose una imagen de este Santo en la hornacina situada sobre el manifestador.
En la Capilla colateral izquierda se sitúa un retablo fechable en el segundo tercio del siglo XVIII, presidido por una imagen de la Inmaculada. En la capilla colateral derecha se sitúa un retablo fechable a principios del siglo XIX constituido por banco, un cuerpo de tres calles y ático. La hornacina central está ocupada por una imagen de la Virgen del Carmen y las ánimas del purgatorio.
En su interior se palpa durante cualquier día del año ese espíritu cofrade que invade las calles de Carmona durante la Semana Santa. Aquí veremos algunas de las mejores piezas de la imaginería carmonense, como el Nazareno manierista de Francisco de Ocampo y la delicada Virgen de los Dolores de José Felipe Duque Cornejo, ambas piezas de la Hermandad de Nuestro Padre que hace su salida el Viernes Santo. La iglesia de San Bartolomé también es sede durante todo el año de las imágenes de la Hermandad del Santo Entierro, piezas del carmonense Francisco Buiza que procesionan el Sábado Santo desde la Iglesia del Divino Salvador.
IGLESIA DE SAN FELIPE
San Felipe es la iglesia que mejor nos muestra el estilo mudéjar en Carmona, un concepto muy conocido pero que se nos presenta en nuestra ciudad con unos rasgos arquitectónicos muy característicos. La iglesia de San Felipe, con una curiosa torre fachada y un interior con un precioso artesonado, es la sede de la Hermandad del Cristo de la Amargura y la Virgen del Mayor Dolor.
Iglesia de planta basilical, con tres naves, mostrando cada una de ellas su respectiva cabecera. Los alzados revelan las importantes cubiertas de madera de las naves y las bóvedas de los ábsides: gallonada la central, octopartitas las laterales, y los tramos previos de todas ellas de crucería simple.
La Capilla Mayor con su tramo antecedente muestra una bovedita gallonada en la intersección de los nervios y ventana ciega al exterior, que delata una notoria antigüedad sobre el resto.
Una de las joyas de esta Iglesia son las cubiertas de carpintería morisca. La artesa central es del tipo de par y nudillo, cuajada de lazos de a ocho, siendo muy de notar la decoración de las soleras del arrocabe donde hallamos entre las alfardas escudos pontificales de los Arzobispos Hurtado de Mendoza y Deza, así como otros elementos heráldicos.
Al exterior de la Iglesia destaca su torre-fachada que muestra caracteres típicos de la construcción mudejárica. El piso del cuerpo de campanas recoge una inscripción mutilada referente a la terminación de unas obras en 1.573.
IGLESIA DE SANTIAGO
Cuenta la tradición que se levantó en tiempos de Pedro I. Se construye bajo una antigua mezquita de la que se conserva parte de su alminar en su torre -sin confirmar-. La iglesia de Santiago la construyen los soldados afincados en este barrio tras la conquista cristiana de la ciudad en honor de Santiago Matamoros.
De su exterior destaca una preciosa cabecera en piedra y ladrillo, la portada mudéjar de los pies y la decoración de paños de sebka de la torre. En su interior destaca una preciosa colección de azulejos de diferentes estilos y épocas en sus capillas absidiales y una capilla bautismal a los pies de la iglesia. En el retablo mayor podemos ver tanto a Santiago Matamoros como a Santiago el Peregrino y al rey Fernando III el Santo. Como en todas las iglesias, también en Santiago hay imágenes procesionales, un Cristo atado a la Columna de Manuel García de Santiago y la Virgen de la Paciencia del carmonense Francisco Buiza. Esta hermandad hace su estación de penitencia en la prioral de Santa María de la Asunción el Jueves Santo.
En ocasiones muy puntuales se organizan visitas para ver el antiguo artesonado mudéjar, oculto hoy por falsas bóvedas de época barroca.
PRIORAL DE SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN
Se trata de la principal Iglesia de Carmona, tanto por ser el lugar de veneración a la patrona como por ser un interesantísimo y complejo templo gótico con aires de catedral.
Presenta planta de salón, tres naves y capillas entre los contrafuertes y bóvedas de crucería cerradas en el siglo XVI. En ellas destaca el elaborado diseño de la bóveda estrellada del cimborrio, que incluye medallones propios del renacimiento.
Se asienta sobre una antigua mezquita, de la que se conserva el patio de las abluciones, popularmente conocido como “de los naranjos”, en cuyo costado discurre una galería de arcos árabes sobre fustes de mármol y granito de origen romano, uno de ellos con la inscripción de un calendario litúrgico visigodo.
Destaca el magnífico retablo mayor, comenzado a principios del siglo XVI y acabado en 1564, obra de Nufro de Ortega y Juan Bautista Vázquez el Viejo. Muy interesante son también la capilla de la Virgen de Gracia, excelsa patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad, en la cual intervienen Hernán Ruiz el Joven y Pedro Díaz de Palacios, así como la gran custodia realizada por Francisco de Alfaro, que procesiona en la procesión del Corpus Christi.
IGLESIA DEL DIVINO SALVADOR
Esta iglesia se construye sustituyendo a otra anterior, que fue fundada en 1617, integrada en la fundación del colegio de San Teodomiro de la Compañía de los Jesuitas de Carmona.
Se inicia en 1700 siendo proyectado por el arquitecto Pedro Romero el Viejo, a quien sustituyó en la dirección de las obras su hijo Felix Romero, del que corresponde la construcción de las bóvedas, las tribunas interiores y la linterna de la cúpula.
Organizada interiormente con planta de cruz latina de tres naves, destacando el altar mayor barroco. En su exterior destacan dos grandes portadas y una torre en ángulo inacabada.
El templo es hoy sede de la Orden Seglar de los Servitas así como las hermandades de La Esperanza y la del Rocío.
CAPILLA DE SAN FRANCISCO
La Capilla de San Francisco se levanta junto al antiguo monasterio franciscano llamado de San Sebastian. De este no se conoce la fecha exacta de construcción, aunque se cree que fue a mediados del siglo XIII pues en el año 1247 Carmona fue conquistada por Fernando III el Santo.
La capilla tiene fachada alta y estrecha propia del barroco franciscano, con una espadaña en su parte superior y una torre exenta en su parte trasera. Es de planta basilical, a dos aguas y a su lado el edificio en ruinas del antiguo convento de San Sebastián.
Esta pequeña capilla es la sede canónica de la hermandad de la Quinta Angustia, y a modo de curiosidad, cabe destacar que en el interior reposan los restos mortales del imaginario carmonense Antonio Eslava Rubio, autor de Cristo del Sagrado Descendimiento.